GENTE BUENA (Poema + vídeo)
Gente buena.
Gente buena escondida.
Bajo las piedras, pero escondida.
Gente buena.
Gente buena escondida, paseando por la calle.
Corriendo escondida por la calle.
Gente buena en plazas, en parques,
en vehículos, en bares, escondida,
gente buena.
Gente buena escondida en “la” escuela.
Gente buena dando clases en “la” escuela.
Gente buena recibiendo clases en “la” escuela.
Gente buena y aún así, en “la” escuela.
Gente buena.
Gente buena aparcando.
Gente buena aparcando en tu vida.
Gente buena de paso
durante una noche o durante 30 años.
Gente buena y aún así, de paso.
Gente buena.
Gente buena coqueteando.
Siempre asustada y a la vez deseando.
Gente buena desconfiando de si delante tienen o no a gente buena...
pero gente buena.
Gente buena quedándose, sin necesidad de hacerlo
durante una noche o durante 30 años.
Gente buena regalándose esperanza.
Gente buena repitiéndose a si misma, en voz baja:
“gente
buena”.
Gente buena entrando y saliendo sin cesar del hormiguero.
Gente buena apilada en el metro,
constriñendo cada músculo
hasta parecer gente neutra.
Hasta parecer no gente...
pero gente buena.
Gente buena en oficinas.
Gente buena vendiendo bonos no buenos a gente buena.
Gente buena comprando artículos no buenos a gente buena.
Gente buena escondida, de lunes a viernes, en oficinas.
Gente buena y aún así, en oficinas.
Gente buena y aún así, especulando
con lo único que posee otra gente buena.
Gente buena olvidando.
De lunes a viernes y de sábado a domingo.
Gente buena y aún así, olvidando...
pero gente buena.
Gente buena mirándose el ombligo.
(Ombligo tras ombligo tras ombligo),
hasta hacer de sus ojos dos ombligos.
Hasta hacer de sus labios instrumento,
para atraer a otros labios
que les permitan poder, al fin,
besar su propio ombligo.
Gente buena saboreando la comisura de su ombligo.
Gente buena eyaculando sobre gente buena,
para que el impacto de su flujo
rebote en esa piel y se pose después sobre si mismo.
Gente buena dilatando, segundo tras segundo el propio ombligo,
sin darse cuenta que lo transforman en abismo.
Gente-ombligo cayéndose a un abismo
dentro de si mismos...
pero gente buena.
Gente buena con la rabia en los labios.
Gente buena con el alma vieja.
Gente buena con el afecto podrido.
Gente buena cargada de juicios.
Gente buena haciendo verdad una mala mentira.
100 malas mentiras.
Hasta parecer gente no buena...
pero gente buena
Gente buena empuñando un arma.
Gente buena exaltando una patria.
Gente buena creyéndose bandera en vez de tierra.
Gente buena con la ambición como credo.
Gente buena predicando,
quién SÍ es gente buena
y quién NO es gente buena.
Gente buena que,
mantra tras mantra, tras mantra,
repetido desde infancia,
desde lactancia,
desde adolescencia,
mantra, tras mantra, tras mantra
olvida lo que es ser gente buena.
Y aún así, gente buena.
Gente buena y aún así, gente dormida.
Gente buena y aún así, gente neutra.
Gente buena y aún así, sin tomar partido.
Gente buena y aún así, gente ciega.
Gente buena y aún así, en la crítica atroz, despiadada,
contra gente buena.
Gente buena y aún así,
en el prejuicio infundado, arcaico,
contra gente buena.
Gente buena y aún así, en los púlpitos.
Gente buena y aún así, en la guerra.
Gente buena y aún así, en el odio.
Y así, al final,
mantra, tras mantra, tras mantra,
gente buena actuando
como gente NO buena.
Y así, al final,
GENTE NO BUENA.
Y así, al final,
ya sin esconderse,
gente no buena, gente-mantra y gente-piedra.
Y aún así, gente perdida
pero gente no muerta.
Dándole patadas de esperanza a todas estas piedras
que forman este inmenso búnker de salvaje supervivencia,
haciendo que aparezca siempre,
patada tras patada, tras patada
a montones,
a millones,
bajo ellas,
escondida...
gente buena.
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