II FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESÍA ORAL PORTUGAL SLAM

enarbolada magnificencia. Sobretodo, me esperaba. Porque yo, la buscaba hacía tiempo. Me habían hablado tan bien que quería saber bien poco. Quería, simplemente, dejarme impresionar. El colmo a poder ser correspondido, fue el hecho de que el vehículo en el que viajé hacia Portugal, fuera la poesía. Era mi segundo viaje internacional, tras haber estado en Mons (Bélgica) a principios de año, en un Campeonato Europeo por equipos, de dulce recuerdo. Pronto vendrán más: De nuevo Bélgica, Brasil, Estonia, Francia... Pero hoy, Lisboa, es único universo.
De nuevo, compartí aventura con Dani Orviz, siempre un placer hecho compañero y con varios maravillosos poetas europeos, como Bohdan Piasecki (Polonia), Mirko (Francia), Selénien (Suiza), Jaan Klefstra (Holanda), Brice Verdure (Francia) y muchísimos otros, portugueses.




Seis horas de trabajo (en mi caso junto a Bohdan y Mirko), conducido por Li Alves. La puesta en escena, ciertamente fue muy divertida. Éramos siete poetas, con siete lenguas diferentes (en mi caso, para enriquecer la sonoridad del evento y las posibilidades de jugar con más lenguas, recité en catalán) y fue realmente precioso poder crear algo conjunto donde las palabras iban más allá del lenguaje.
El último día, nos esperaba un debate sobre Poetry Slam: Arte, tecnología y educación.
Y por la noche, la final Nacional de Poetry Slam Portugal, en la que cada uno de nosotros, recitaría un poema de exhibición.


En la Final Nacional, el ambiente fue realmente lindo, la gente agradecidísma y el representante portugués será finalmente, Nuno Piteira. Felicidades Nuno!
Al día siguiente, domingo, Lisboa me aguardaba paciente. No pude acudirla, rinconearla, respirarla como hubiera sido mi deseo, hasta ése último instante dominical. Pero,entonces, la atravesé con deseo. De mar a montaña, de puente a río, de ascensor a castillo, de arco a plaza, de pastel de crema a golondrina bañada. Me dejé muchísimo por descubrir, de Sintra a Porto, de Setúbal a Belem. Pero siempre hay que dejarse algo en cada rincón, para poder volver.
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